El secreto está en la masa

El secreto está en la masa

Un equipo internacional, en el que han participado investigadores del CAB, ha descubierto una cantidad inesperada de estrellas masivas en la región de formación estelar 30 Doradus, conocida como Nebulosa de la Tarántula. Esta región se encuentra en la vecina galaxia Gran Nube de Magallanes (LMC por sus siglas en inglés: Large Magellanic Cloud), una galaxia enana satélite de la Vía Láctea y miembro del Grupo Local, que aún está formando estrellas.Este descubrimiento arroja nueva luz en el entendimiento del universo primitivo y permite establecer cómo pudo evolucionar desde las Épocas Óscuras hasta el universo que vemos en la actualidad, poblado de galaxias, estrellas y planetas.
El estudio forma parte de la campaña VLT-FLAMES Tarantula Survey (VLT: Very Large Telescope; FLAMES: Fibre Large Array Multi Element Spectograph), un programa de la ESO en el que se usó el telescopio VLT de ESO en Chile para observar cerca de mil estrellas masivas en 30 Doradus. Los investigadores realizaron un análisis detallado de unas 250 estrellas con masas entre 15 y 200 veces la masa del Sol para determinar la distribución de estrellas masivas formadas, la llamada ‘Función Inicial de Masas’ (IMF por sus siglas en inglés: Initial Mass Function). Ésta predice que sólo un 1% de todas las estrellas que se forman tienen masas superiores a 10 veces la masa del Sol. Medir la proporción de estrellas masivas es extremadamente difícil, principalmente debido a su escasez, y hay sólo un puñado de lugares en el universo local donde podamos «poner las manos en la masa».
Las estrellas masivas son estrellas con una masa entre 8 y 10 veces la masa del Sol. Son especialmente importantes para los astrónomos debido a su enorme retroalimentación. Pueden explotar en espectaculares supernovas al final de sus vidas, formando algunos de los objetos más exóticos del universo, estrellas de neutrones y agujeros negros.
Trabajo publicado en Science por F.Schneider (Univ. of Oxford), H.Sana (KU Leuven), C.Evans (UK Astronomy Centre), J.Bestenlehner (Univ. of Sheffield), N.Castro (Univ. of Michigan), L.Fossati (Austrian Academy of Sciences), G.Gräfener (Univ. of Bonn), N.Langer (Univ. of Bonn), O.Ramírez-Agudelo (UK Astronomy Centre), C.Sabín-Sanjulián (Univ. of La Serena), S.Simón-Díaz (IAC), F.Tramper (ESAC), P.Crowther (Univ. of Sheffield), A.de Koter (Univ. of Amsterdam), S.de Mink (Univ. of Amsterdam), P.Dufton (Queen’s Univ. Belfast), M.García García (CAB, CSIC-INTA), M.Gieles (Univ. of Surrey), V.Hénault-Brunet (Herzberg Astronomy & Astrophysics), A.Herrero (IAC), R.Izzard (Univ. of Cambridge), V.Kalari (Univ. de Chile), D.Lennon (ESAC), J.Maíz Apellániz (CAB, CSIC-INTA), N.Markova (Bulgarian Academy of Sciences), P.Najarro (CAB, CSIC-INTA), P.Podsiadlowski (Univ. of Oxford), J.Puls (LMU München), W.Taylor (UK Astronomy Centre), J.van Loon (Univ. of Keele), J.Vink (Armagh Observatory) y C.Norman (Johns Hopkins Univ.).

Figura: Imagen de 30 Doradus. La imagen está formada por uno de los mosaicos más grandes jamás construidos utilizando imágenes del Hubble e incluye imágenes tomadas por la Wide Field Camera 3 (WFC3) y la Advance Camera for Surveys (ACS), combinadas con imágenes del telescopio de 2,2 metros MPG/ESO del Observatorio Astronómico Austral, que trazan la localización del hidrógeno y del oxígeno, que brillan intensamente. Esta imagen apareció para celebrar el 22 aniversario del Hubble. © NASA, ESA, ESO, D. Lennon and E. Sabbi (ESA/STScI), J. Anderson, S. E. de Mink, R. van der Marel, T. Sohn, and N. Walborn (STScI), N. Bastian (Excellence Cluster, Munich), L. Bedin (INAF, Padua), E. Bressert (ESO), P. Crowther (Sheffield), A. de Koter (Amsterdam), C. Evans (UKATC/STFC, Edinburgh), A. Herrero (IAC, Tenerife), N. Langer (AifA, Bonn), I. Platais (JHU) and H. Sana (Amsterdam) (2012).Fuente: UCC-CAB

Fecha: 2018-01-05

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